Un suelo vivo es un suelo que produce más
A través de años de experiencia hemos aprendido que el suelo, nuestro principal soporte de alimentación, es susceptible a perder su capacidad productiva. Después de años de uso agrícola de la tierra, nos preguntamos, ¿Qué es lo que hace que nuestras tierras disminuyan su capacidad de generar? y realmente la respuesta es sencilla; la capacidad productiva del suelo proviene de sus propiedades que lo componen ambientales, físicas, químicas y biológicas. Alteraciones dentro de estos factores ocasionan cambios en la composición del suelo y los cambios extremos en el equilibrio de sus condiciones resultan en su deterioro, limitando su vida útil en cuestión de productividad.
Ahora, de acuerdo a la composición de los suelos, podemos acotar que estos principalmente pueden sufrir tres tipos de degradación: la química, la física y la biológica. Me gustaría enfocarme en la degradación biológica dado que incluye los dos factores que son altamente vulnerables ante la agricultura intensiva actual y altamente influyentes en la salud del suelo: la materia orgánica y la comunidad biológica de macrofauna y microorganismos. Ambas impactan en el ecosistema de manera transversal con respecto a las propiedades del suelo.
La composición de la materia orgánica del suelo condiciona su evolución posterior, vamos a desglosarlo, la materia orgánica aumenta la fertilidad a través de la regulación de las propiedades del suelo, mejorando su estructura, incrementando su retención de agua, estabilizando la acidez, proporcionando energía, nutrientes y condiciones óptimas al ecosistema biológico de la rizosfera. Mientras tanto el componente biótico del suelo está constituido por una comunidad organizada de consumidores y descomponedores que promueven la adaptabilidad del suelo y la planta ante las intensas temperaturas, los niveles bajos de humedad, la ausencia de micro y macroelementos, ya que permiten la liberación y captura de los elementos básicos para el ciclo de vida de los cultivos.
Entonces, si pudiéramos dar el primer paso para restaurar nuestro suelo e impulsarlo a generar mayor producción que la actual, ¿Cuál sería? La restauración del suelo se puede lograr a través de varias técnicas agronómicas y biológicas. Es de gran utilidad expandir nuestro conocimiento de las prácticas agrícolas ecológicas o acercarnos a un asesor que tenga conocimientos de restauración de suelos para focalizar nuestro esfuerzo de mejora en las técnicas adecuadas para el tipo específico de deterioro que sufre nuestro suelo.
Una de las opciones dentro de los cuidados de restablecimiento de las condiciones del suelo es el uso de insumos orgánicos y biológicos, ya sean mejoradores de suelo, bio fertilizantes, elicitores o de protección, que, además de las ventajas evidentes de mejorar las condiciones del ecosistema del suelo, estimular a la planta, aumentar la capacidad de producción, prevenir enfermedades de manera orgánica y consecuentemente aumentar los ingresos esperados, conlleva innumerables beneficios adyacentes, uno de los más importantes es tener ventajas competitivas en el mercado mientras se protege al ambiente, por ejemplo, parte de las funciones de ciertos bioestimulantes es disminuir el tiempo de fructificación lo cual hace que el agricultor introduzca sus productos antes al mercado y posiblemente con un mayor precio, otros hacen que se mantenga la humedad en el suelo lo cual disminuye la cantidad de agua utilizada y reduce costos en riegos, otros prolongan la vida útil de los frutos cosechados, lo que apoya a la logística de distribución, da una ventaja a los agricultores con respecto al precio de venta, da facilidad de posicionamiento y posiblemente una disminución en la cantidad de alimento desperdiciado, estos son algunos de los beneficios extras a las ventajas principales que proveen los bioestimulantes, la clave está en asesorarse para elegir los adecuados.
Dado a que es vital para la vida continuar utilizando al suelo como nuestra principal materia prima debemos proseguir incorporando mejoras tecnológicas en el manejo agrícola para comenzar su restauración, prevenir su deterioro, mejorar el rendimiento y calidad del alimento cosechado y aumentar los ingresos de los productores agrícolas.
Qué mejor que ver las mejoras que logran los bioestimulantes de revivir la vida del suelo, reflejadas en un aumento del ingreso monetario por unidad invertida.
¡Juntos logremos una agricultura sostenible!
#GreenFort #GreenFortChitin
Referencias
Cartes, G. (2013). Degradación de suelos agrícolas. ODEPA, Ministerio de Agricultura de Chile. https://www.odepa.gob.cl/wp-content/uploads/2013/10/SueloAgricola201310.pdf
Saturday, A. (2018). Restoration of Degraded Agricultural Land: A Review. Journal of Environment and Health Science, https://doi.org/10.15436/2378-6841.18.1928. Restoration of Degraded Agricultural Land: A Review (ommegaonline.org)
SEMARNAT. (2018). Informe del medio ambiente: suelos. Gerencia de gestión forestal y de suelos, gobierno de México. https://apps1.semarnat.gob.mx:8443/dgeia/informe18/tema/cap3.html
Flores, A. & Chávez L. Los suelos: estabilidad, productividad y degradación. Facultad de ciencias, Universidad Nacional de Colombia. http://documentacion.ideam.gov.co/openbiblio/bvirtual/005192/medioambiente/cap6.pdf